ENTREVISTA A JUAN CRISTÓBAL (I PARTE)
Entrevista hecha por Márlet Ríos, el 6 de noviembre 2023, vía correo electrónico
1. Edgardo Tello y Javier Heraud son los paradigmas poéticos (y éticos) de su generación. ¿Qué tan cerca estuvo de seguir esa vía?
Muy cerca, pero creo que me faltó decisión. Hubo algo de indecisión y cobardía, eso lo siento y lo recuerdo hasta hoy. Y lo lamento.
2. ¿Cómo logró conciliar su actividad política de militante revolucionario y su labor poética?
Fue y sigue siendo una experiencia inolvidable, pues me dio, para el trabajo literario, dos caminos importantes: la disciplina, y el hecho de acercarse conscientemente a la realidad y a la conciencia de esa realidad, incluida la de los seres humanos, especialmente a través de las capas más explotadas y humilladas.
3. ¿Qué tanto influyeron los grandes cambios sociales y culturales de esa época en su discurso poético? ¿Hay hilos dialógicos con la poesía de otros miembros de su generación?
Mucho. La Revolución cubana fue fundamental para la conciencia y la memoria de nuestra generación. Luego la presencia del MIR, liderado por Luis de la Puente Uceda, y el ELN, por Héctor Béjar. Eso influyó también en todo el ámbito social y cultural del país. Lo cual no significó –en mi caso– que tuviera que hacer eso que llaman “poesía militante o de protesta”, sino que estuve más cerca de una poesía que hurgaba en los conflictos interiores de los problemas sociales y del ser humano, lo cual siempre me interesó e interesa, aun cuando ahora ya no escriba.
Hilos dialógicos los hubo no solamente con los miembros de mi generación, a pesar de las distintas opciones poéticas que teníamos, sino también con miembros de otras generaciones, y eso viene desde muy atrás, con Melgar, por ejemplo, o con Caviedes.
4. Es autor de dos de los libros más emblemáticos de la poesía peruana del último tercio del siglo XX: El osario de los inocentes y Los rostros ebrios de la noche. De alguna manera, ambos reflejan el espíritu de la época (los 70 y los 90) e interpelan a nuestra sociedad. ¿En qué medida la poesía puede lograr esto sin caer en lo panfletario?
Respecto a los libros que nombras, un paréntesis. Son dos libros muy queridos, no solo por el tiempo y las diversas experiencias que me tocó afrontar y pasar para escribirlos, que van desde la cárcel hasta el tiempo que tuve que vivir con gente malandrina, en ámbitos delincuenciales, sino por lo que representan: el surrealismo. El primero, desde las orillas de los sueños. El segundo, desde los acantilados de la marginalidad. Dos de mis vertientes más queridas.
En cuanto a la pregunta. Caer en lo panfletario es un camino muy fácil, superarlo y no caer en su pozo es lo difícil. A mí me ayudó superar hechos difíciles en mi vida militante. Además, un poeta chileno, Jorge Teillier, me apoyó, con su amistad y ética literaria a reconocer que había que tomar ese camino y no el del facilismo.
5. El poeta piurano Roger Santiváñez ha dicho que la tragedia de la generación poética peruana de los 60 fue “su fe en una revolución que se frustró”. Luego de la caída del Muro de Berlín y del socialismo realmente existente, ¿qué queda para defender en esta época posmoderna y de transición?
No comparto lo de Santiváñez porque el camino que quisieron abrir el MIR y el ELN no fue un proceso “frustrado”, sino solamente una “derrota” en esos años de la historia, que es necesario –el proceso– retomarlo, comprendiendo los aspectos y los sujetos nuevos de la realidad y qué cambios y caminos hay que producir para hacer posible la utopía de la esperanza, es decir, el socialismo, pero no uno dependiente ni burocratizado, que, cuando germinó, sí llevó a la derrota y frustración.
6. El poeta norteamericano Kenneth Rexroth dijo una vez, con cierto cinismo, que escribía poesía “para seducir mujeres y atacar el capitalismo. En ese orden”. Luego de seis décadas de trayectoria, ¿para qué y por qué sigue escribiendo poesía?
Para atacar al capitalismo desde todos sus ángulos y resquicios. Y para conocer mejor la realidad en que vivimos y qué tipo de seres humanos somos y cómo nos realizamos o podemos realizar. Conocernos desde la poesía es conectarnos con lo más profundo del ser humano y con los abismos de esta realidad, tan colapsada por el tiempo.